No tengo tiempo...
Vivimos en una sociedad que va a mil por hora y tenemos muchas obligaciones y responsabilidades. La mayor parte del tiempo vamos corriendo de un sitio para otro y eso hace que “no tengo tiempo” sea una frase que se escucha con frecuencia. Pero, ¿hasta donde es una realidad y en qué momento empieza a ser una excusa? Actualmente vivimos tan encajados en nuestro día a día y en nuestras rutinas que resulta complicado cambiarlas para introducir una nueva actividad, un nuevo proyecto. Muchas veces, cuando alguien nos propone algo interesante contestamos rápidamente sin pensarlo siquiera con un “es que no tengo tiempo”, la frase que se ha convertido en la excusa número 1 de los últimos 30 años. Y es que al final, si lo pensamos bien, esta frase es tremendamente inexacta. En la mayor parte de los casos, no es que no tengamos tiempo, es que tenemos otras prioridades que nos gustan más, o no nos apetece lo más mínimo hacer eso que nos han propuesto, aunque sepamos que nos va a veni